Domingo 24 de marzo

Domingo de Ramos: conclusión

TODOS LOS PAÍSES DEL MUNDO
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Los últimos serán los primeros

40 Jesús obreros viñaEn aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo y les dijo: «Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido». Ellos fueron. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: «¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar? Le respondieron: «Nadie nos ha contratado». Él les dijo: «Id también vosotros a mi viña». Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: «Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros». Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el propietario: «Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno». Él replicó a uno de ellos: «Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?» Así, los últimos serán los primeros y los primeros, los últimos.
(Mt 20, 1-16)

Jesús también contaba cuentos
Jesús comprendió la fuerza de los relatos y parábolas para transmitir a sus contemporáneos la buena noticia del Reino. Los evangelios están llenos de estas narraciones. La que presentamos hoy sucede justo antes de la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén, y continúa con la advertencia de Jesús a los Doce: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre va a ser entregado a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará.» (Mt 20, 17-19). Buen recordatorio para este Domingo de Ramos.
La parábola de los obreros de la viña habla de primeros que son últimos y últimos que son primeros. A lo largo de la cuaresma hemos querido profundizar en las relaciones entre primeros y últimos, entre la forma de vivir de unos y la forma de malvivir –y, con frecuencia, sobrevivir– de los otros. Últimos y primeros indisolublemente vinculados por los lazos comunes de la familia humana y de la condición de hijos de Dios.
Concluimos recordando las palabras de aquella anónima campesina guatemalteca con las que comenzábamos la cuaresma: «No necesitamos que ustedes vengan acá a hacer proyectos; serían muy útiles si arreglasen aquellos asuntos de su casa que nos perjudican». Ojalá esta cuaresma nos haya ayudado, no solo para vivir sin perjudicar a nadie sino también de forma más gratificante y plena para nosotros mismos.


Cerca ya de la bajada del Monte de los Olivos, la multitud de los discípulos, entusiasmados, se pusieron a alabar a Dios a gritos, por todos los milagros que habían visto, diciendo: «¡Bendito el que viene como rey, en nombre del Señor! Paz en el cielo y gloria en las alturas».

Algunos fariseos que se encontraban entre la multitud le dijeron: «Maestro, reprende a tus discípulos».
Él replicó: «Os aseguro que, si estos callan, gritarán las piedras». (Lc 19, 37-40)

40 Entrada en Jerusalen

Ilustración de Javier Zabala

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Fuente: CUARESMA – 40 días con los últimos. http://www.40ultimos.org/

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